Después de una década de estar engavetada la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN), en fechas recientes es aprobada por la Asamblea Nacional, bajo el titulo Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional (SSAN), existe un ambiente de optimismo, en todos los sectores, porque es un marco jurídico que permitirá a través de sus estructuras, articular todos los programa y proyectos tanto del Gobierno, como las iniciativas de la sociedad civil, que intervengan en esta materia. Sobre este mismo orden también se aprobó a inicio de junio de este año la Ley de Fomento al Sector Lácteo y Vaso de Leche, ambos cuerpos legales aprobados son positivos en términos de reivindicación de Derechos Sociales, esta dando mecanismos para garantizar el Derecho Humano a Alimentación Adecuada, siendo un derecho social reconocido en la Constitución Política de Nicaragua.
Los programas de asistencia alimentaria que se están ejecutando en Nicaragua, irremediablemente tendrá que evolucionar en su diseño y ejecución armonizándolo con la legislación vigente, en definitiva tendrán que contar con dos elementos indispensables para su sostenibilidad, en primer término un marco político e institucional fuerte y segundo con una capacidad institucional capaz de armonizarse con las políticas públicas del Estado, que es lo que precisamente este marco jurídico de la SSAN persigue.
Sobre este mismo orden el Ministerio de Educación, a través del Programa Integral de Nutrición Escolar, ha vendido incorporando elementos novedosos en torno a la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional(SSAN), así tenemos la universalidad de la merienda escolar con una cobertura de 995, 000 niños y niñas en escuelas públicas y privadas subvencionas, prácticamente todo el país, el aprovechamiento de la vocación agrícola de nuestro país con la inclusión de los huertos escolares como herramienta educativa para la niñez preescolar y escolar, y uno de los elementos más interesantes como lo fue la inclusión del eje transversal y además temático de la SAN en el currículo de preescolar, primaria y secundaria, y que se espera a mediano plazo llegar hasta las Escuelas Normales.
Este “combo” como se podría llamar desde el sector educativo, ha valido el reconocimiento a nivel centroamericano y latinoamericano como una de las mejores prácticas, reconocido públicamente por el Fondo de la Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) en Nicaragua y además es uno de los pocos programas de desarrollo que el Programa Mundial de Alimentos esta apoyando técnica y financieramente en la región de centroamericana.
Sobre esta misma línea entonces la alimentación escolar deberá convertirse en un derecho de los escolares, aunque la Ley de Fomento al Sector Lácteo y Vaso de Leche, recopile elementos, aún falta establecer un marco jurídico que respaldará su gestión en la inversión de capital humano, complementando así los esfuerzos del Gobierno y la sociedad.
Deberá incorporarse también a través de Proyecto de Ley de Alimentación Escolar, los procesos de compras locales a los pequeños y medianos productores de granos básicos, para que los productos de este sector puedan ser integrados a la raciones de alimentos nutritivos de la niñez escolar, respetándose los hábitos de consumo, dinamice y fortalezca la economía familiar. Esto sobre la misma línea que tiene la Ley de Fomento al Sector Lácteo, en donde se les proporcionará a los escolares un vaso de leche, producido por los agremiados de este sector.