22 de febrero de 2011

Pueblos Indígenas de Madriz " Continuidad Milenaria"

Como un ejercicio académico hace algunos años en compañía de una colega, con quien comparto el crédito en esta publicación, la Lic. Jenys López Álvarez, iniciamos una investigación cualitativa, sobre las comunidades indígenas en Nicaragua, las cuales están distribuidas en quince municipios y siete departamentos de las regiones del norte, centro y pacífico nicaragüense, para el Departamento de Madriz analizamos dos de las tres comunidades indígenas de Madriz, así tenemos a San José de Cusmapa y San Lucas, el objetivo de este estudio eran realizar un análisis del ordenamiento jurídico que regula hasta hoy en día a estas representación de la resistencia indígena en el norte del país.

Iniciamos esta primera entrega analizando el posible origen de los primeros pobladores, asentados en la región segoviana, iniciaremos planteando la teoría establecida en el trabajo monográfico de los investigadores: Guerrero y Soriano titulado “Madriz, publicado en 1971”, la que a su vez fue retomada por el Centro de Investigaciones y Estudios de la Reforma Agraria (CIERA) MIDINRA en su publicación: Nicaragua...”Y por eso Defendemos la Frontera”, en 1984. A continuación haremos la exposición del estudio preliminar, realizado por Edgar Espinoza, Laraine Fletcher y Ronaldo Salgado Galeano en su libro Arqueología de las Segovias publicado en 1996 por el Instituto Nicaragüense de la Cultura y la Organización de Estados Americanos (OEA). Finalizaremos planteando lo establecido por el Antropólogo Roberto Carmack quien en marzo 1999, realizará una ponencia en el Instituto de Historia de Nicaragua de la Universidad Centroamericana.

Primera Teoría:

De acuerdo con esta Teoría los primeros pobladores de la región fueron probablemente indios chorotegas que emigraron desde México hacia América Central en los años 600 D.C. Aunque tal vez, algún día, el progreso de la ciencia antropológica demuestre claramente que la zona tiene pruebas de una ocupación humana mucho más antigua.

Según esta Teoría la época de arribo a nuestra faja territorial del Océano Pacífico, por los inmigrantes Choroteganos y Nicaraguas, llamados también Niquiranos, llegaron a nuestro territorio en el año 596 de la era cristiana; y en la última “oleada”, como dicen los antiguos historiadores, hacia el año 1505 o sea tres años después del arribo del almirante Colón a nuestras costas del Océano Atlántico y diecisiete años antes de la llegada del capitán Gil González Dávila al istmo de Rivas.

Fundamentos de esta Teoría:

En esta Teoría nos plantean como fundamentos los de origen lingüístico y los documental históricos.

Los fundamentos documental históricos que plantean Guerrero y Soriano se tratan de relatos de textos escritos en determinadas épocas de la historia, estableciendo sus escritores que los primeros pobladores eran chorotegas. Así nos citan como ejemplo:

1. Francisco Castañeda el 06 de marzo de 1531 en León escribe una carta al rey de España con motivo de la muerte de Pedrarias Dávila donde cita: “muchos de los chorotegas por no servir, se han dejado morir o huido”.

2. Fray Juan Torquemada, en su celebrada obra “Monarquía Indiana” publicada en la ciudad de Sevilla de España en el año de 1613, afirma y expresa textualmente:
“Inmigrantes mejicanos poblaron Nicaragua, después de fincarse y permanecer por largos años en el golfo de Choluteca o Chorotega”.

La cueva de Orocüina, Cusmapa 1998
Las comprobaciones lingüísticas planteadas por esta teoría consisten en citar una serie de nombres que aseguran tienen absoluta raíz lingüística mejicana o nahutlaca con que aún hoy se designan lugares del departamento de Madriz: Tepesomoto, Cusmapa, Yalagüina, Icalupe, Musunse, Lacaguasca, Sinimulí, Cacaulí, Cuyalí, Salamasí, Salacayán y muchos otros.

De tal manera que los indígenas que encontraron los españoles en la zona hablaban la "lengua mexicana corrupta", o sea el idioma nahualt.

Algunas leyendas perpetúan las memorias de estas lejanas migraciones. En Cusmapa, los viejos cuentan que hace mucho tiempo vino una tribu del norte a refugiarse en una cueva cercana a la comunidad actual del Apante. La cueva, que está ubicada en un sitio de difícil acceso al pié de una gran peña, tiene por nombre "Orocüina". Este es también el nombre de una población hondureña que posiblemente haya sido el lugar de residencia anterior de los migrantes.

Segunda Teoría:

Como lo señalamos anteriormente se trata de un estudio preliminar planteado por Edgar Espinoza Pérez, Laraine Fletcher y Ronaldo Salgado Galeano.

Para ellos la información de primera mano que permite reconstruir los grupos que ocuparon las segovias al momento de la conquista española es muy escasa.

Fundamentos de esta Teoría:

Entre los cronistas tempranos citados para fundamentar esta teoría señalan especialmente a Oviedo, quien menciona rápidamente a los habitantes de las partes altas de Nicaragua, como una de las cuatro lenguas que se hablaban en la provincia de Nicaragua, la cual es considerada como diferente de los Chorotegas y Nicaraos (Fernández de Oviedo 1976:302).

Más tardíos aún son los relatos que hiciera Cibdad Real (1586), en su documento La Breve Relación y Verdadera de algunas cosas de las muchas que sucedieron al Padre Fray Alfonso Ponce en las provincias de la Nueva España, siendo comisario de aquellas partes; en su viaje él menciona varios pueblos que vivían cerca de lo que ahora se conoce como Golfo de Fonseca.

Otro informe proviene de los datos del fraile Fernando Espino de 1674 (Incer 1990:219-50).

Más recientemente, se han realizado investigaciones lingüísticas y etnohistóricas de la zona especialmente con los trabajos de Newson (1987), Incer (1992), Ibarra (1994) y Lara Pinto (1991) y un poco más tempranos los trabajos de Stone (1941), algunas síntesis sobre el origen de estos grupos fue propuesta por Werner (1995) y Werner y Espinoza (1995).

Incer afirma que los grupos que habitaron los actuales departamentos del noroeste de Nicaragua estaban relacionados lingüísticamente, él escribe que:

“Parece que los ulúas – matagalpas - chontales corresponden a un solo grupo lingüístico que ocupaba la región noroeste de Nicaragua y las bajuras alrededor del Golfo de Fonseca, de la misma manera como lo eran los lencas y jicaques que vivían en las contiguas montañas centrales de Honduras a principios del siglo XII” (Incer: 1990:250).

Refiriéndose al documento de viaje de fray Alfonso Ponce de 1586 Incer dice que:

“Los nombres de los pueblos ulúas por donde pasó el fraile - comisario... tales como ola, colama, lamaciuy (namasique), zazacalí,, Condega y Somoto, corresponden claramente a las toponimia matagalpa cuyos vocablos geográficos son todavía abundantes en los actuales departamentos de Nueva Segovia, Madriz, Estelí, y Matagalpa”.

También Newson sugiere que los nombres terminados en “uina”, como Yalagüina, y Palacagüina están relacionados a los matagalpas, y si esto es cierto, la frontera de dicho grupo debería de extenderse más hacia el norte el área de los sumu - ulúa, concordando de esta manera con Incer, cuando afirma que se trata de un solo grupo.

Los últimos trabajos lingüísticos de Constela (1994) e Ibarra (1994), apoyan también la tesis de que esa zona se hablaba matagalpa. Esto concuerda con Stone (1957:80), cuando describe a los matagalpas como un grupo que se extendía de Nicaragua hacia el oeste y en el departamento del Paraíso en el este de Honduras, extendiéndose por lo menos a la zona de Choluteca. Otros grupos pequeños se encontraban dispersos en el este de Honduras.

Los grupos matagalpa - chontales, han sido clasificados lingüísticamente de varias maneras; por una parte se considera que ellos pertenecen al tronco misumalpense como lo sostienen varios investigadores.

Recientemente Werner ha sugerido la posibilidad de que los matagalpas podrían estar asociados con grupos putun - mayas, estas afirmaciones están basadas principalmente en algunos datos etnográficos y lingüísticos (Werner 1995:87) aunque él sostiene que es muy prematuro para conclusiones definitivas.

Si la filiación lingüística de estos grupos es muy problemática, la organización socio - política de los matagalpas es más incierta todavía; Incer sostiene que estos estaban organizados en pequeñas bandas dispersas en las sierras y valles de la región central, esto es más concluyente cuando afirma que:

“No existen documentos que demuestren que tales indígenas tenían centros poblados de importancia como los establecidos por los chorotegas, maribios y nicaraos en la región del pacífico de Nicaragua, ni cuales eran las costumbres por las que se les temían, o tenía como gente atrasada” (1990:250).

Conclusiones diferentes son las aportadas por Ibarra sobre la organización socio - política de los matagalpas. Ibarra afirma que, en primer lugar los matagalpas fueron considerados bárbaros por los nicaraos, quienes a su vez transmitieron ese sentimiento a los españoles quienes comenzaron a considerarlos de la misma manera.

Sobre la organización social, Ibarra cita algunas características de estos grupos que son compartidas por las sociedades organizadas al nivel de cacicazgo, los cuales estarían integrados en un sistema tribal, y que estos podrían formar alianzas y confederaciones a las que recurrieron para enfrentar las penetraciones coloniales en las Segovias, demostrando un sistema de organización militar bastante especializado. (Ibarra 1994:236).

Las investigaciones arqueológicas que se llevaron a cabo en las Segovias y otros datos provenientes de áreas ocupadas por grupos matagalpas (Gorin: 1990 Espinoza y Rigat: 1994), reflejan diferencias sociales en cuanto a la cultura material, las cuales no podrían ocurrir si se tratara de un grupo más homogéneo.

Tercera Teoría:

Pudiendo tratarse del progreso de la ciencia antropológica, tal como lo señalaban en 1984 en el CIERA, los siguientes planteamientos recientemente investigados establecen: que la región del pacífico estaba habitada por varias etnias. Estaban habitadas por chorotegas, matagalpas hacia el este y por lencas en la parte norte, esto de acuerdo a la exposición realizada por el antropólogo Roberto Carmack, Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, en fecha 24 de marzo de 1999.

Conclusión:

Al incursionar en las teorías acerca de los orígenes de los pobladores de estas dos comunidades encontramos algunos datos que nos plantean interrogantes, así citamos como ejemplo:

La primer teoría que plantea que los primeros pobladores fueron los indios chorotegas, tiene como fundamentos: a) Los de origen lingüístico b) Los documentales históricos y c) los testimoniales.

En el estudio preliminar presentado en la segunda teoría se plantea con relación a los orígenes lingüísticos, que los mismos nombres que en la primer teoría constituyen un fundamento para asegurar que el origen es chorotega son de origen Ulúa - matagalpa.

Así mismo en este estudio preliminar se hace referencia a los documentos históricos de Fray Alonso Ponce, citados para fundamentar la primera teoría señalando los relatos de Cibdad Real de 1586, una breve relación y verdadera de algunas cosas y de las muchas que sucedieron a Fray Alfonso Ponce en las Provincias de Nueva España, de tal forma que la primer teoría es seriamente cuestionada, pero la segunda constituye hasta el momento un estudio preliminar.

Con relación a la teoría número tres establece la existencia de varias etnias en la región, pero no presenta información específica sobre las comunidades indígenas de San José de Cusmapa y San Lucas con lo que concluimos que hace falta como ya lo expusimos un estudio de especialistas en la materia que nos permita aproximarnos con exactitud a los orígenes de estas comunidades.

Para cerrar este acápite, diremos que independientemente, que el origen de los primeros pobladores de las comunidades indígenas de San Lucas y Cusmapa, sea Matagalpa, Chorotegas, o bien se trate de origen múltiple, lo importante en el desarrollo de nuestra investigación es que se trata de poblamientos antiguos y sucesivos. Existiendo por lo tanto continuidad milenaria de los pueblos indígenas en esta región.

19 de enero de 2011

"Somos 7000 Millones y contando"

Este año llegamos a la exorbitante suma planetaria de 7000 millones de habitantes, así lo describe en su portada del mes de enero 2011 la Revista “National Geographic”, como todo aumento de población, la demanda de servicios como salud, educación, agua, saneamiento, luz, y sobre todo alimentos va en aumento, lo que supondría presionar los recursos naturales ya existentes, y posiblemente el colapso del sistema.

En el caso de Nicaragua, para 1960 teníamos aproximadamente 1.5 millones de habitantes, desde entonces la población ha crecido entre un 200% a 300%, porque según los datos del Institutos Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), estamos en 5.74 millones de nicaragüenses, y para agregarle más datos la población es joven y en edad económicamente activa.
A nivel del globo terrestre, el ímpetu juvenil, revela por qué las abrumadoras poblaciones jóvenes de los países en desarrollo producirán casi la totalidad del futuro incremento poblacional. Aun cuando caigan las tasas de nacimientos, la población mundial seguirá creciendo a un ritmo anual aproximado de 80 millones de personas.
A través de la historia ha habido distintas formas en las que la población ha disminuido, como las guerras, catástrofes naturales y las enfermedades, pero como se ha visto en el desarrollo de nuestra historia, todas las modalidades de muertes masivas, han venido disminuyendo, con los avances de las ciencias médicas, ante esta situación algunos países como China, han tomado la política de hijo (a) único o en la India de esterilizar tanto a las mujeres como a los hombres.
Pero este crecimiento poblacional es casi inevitable según los especialistas en población, lo que sí se puede trabajar es el cambiar los hábitos de consumo, puesto que resulta mejor disminuir el consumo de carne, cereales (cerveza) y uso indiscriminado del petróleo, esto será un reto bastante grande para los próximos años.
Para muchos países en desarrollo, la presión sobre los recursos naturales existentes se ha convertido en un problema real, y dentro de sus agenda política debe de estar por deber o exigencia de su población, incluir todos los temas de salud, educación, medio ambiente, agua, uso de combustible o fuentes renovables, no por casualidad Costa Rica, está haciendo todo lo imposible por tener la administración del Río San Juan, una fuente inmensa de recursos en medio de la crisis ante el cambio climático.
Así que para Costa Rica no es asunto de diplomacia o soberanía, es cuestión de sobrevivencia, ante los retos de este nuevo milenio…

Revista Musunce, 13 años en el corazón de las y los segovianos... Descargar