La jornada de trabajo se interrumpió, el anuncio se había hecho a primera hora, todo el país estará en estado de sitio durante los 90 minutos y más si es necesario, en el lobby de hotel, quince minutos antes de iniciar el partido, comienza a llegar los ejecutivos de los diferentes ministerios y oficinas gubernamentales en los alrededores del Hotel Noam Plaza.
Todos los visitantes no parecen llegar a ver un partido de fútbol televisado, si no a una reunión de negocios, los caballeros lucen sus ostentosos trajes formales y las damas que entran en grupo, con luciendo su ropa de invierno, con largas cabelleras y de diferentes tonalidades, muchas de ellas de piel trigeña, en realidad un desfile de moda. Antes de iniciar el partido todos los reunidos en el lobby del hotel, enviaban y recibían correos en sus Blackberry, son las once de la mañana y el mesero pone los altavoces del televisor, todo mundo guarda silencio, y por arte de magia, salen las camisetas “verde amárelas”, las “bubuselas” y todo aquello que se rebasaba de formalidad, se convirtió en un carnaval, cada jugada por insignificante que fuera era seguida con la misma pasión con la que se canto el primer gol de alta costura de “Robinho”, ante un desesperado arquero holandés Maarten Stekelenburg.
Todo era fiesta en los primeros 45 minutos de ese hermoso partido entre Brasil y Holanda, todos ahí reunidos con la aspiración de pasar los cuartos de final, y con un gol a favor de Brasil, y estando en Brasilia, era algo fenomenal, sin embargo en el fondo mi equipo favorito es Argentina, mi alegría era más por una final latinoamericana, hubiese sido genial, por lo menos hasta esos momentos, pero como lo bello de este deporte, es que hasta que se acaba se acaba, no hay favoritos, sino luchadores hasta el último momento, Holanda, la tradicional “Naranja mecánica”, como balde de agua fría, fue aniquilado por un error del arquero Julio César, el más seguro del mundo y luego por la falta de experiencia de un equipo, que fue muy criticado, y que la factura llego para el técnico Dunga,… así de sencillo, Brasil es eliminado por el que iba ser el sub campeón de esta copa del mundo.
¿Qué paso después del silbatazo final?, había mucho optimismo por hacerse de la sexta copa del mundo, pero fue un golpe muy fuerte, cuando termino el partido, los propios y extraños se levantaron, sin decir palabra se retiraron al almuerzo, los comentarista hablaban por inercia y el mesero no dejo que pasaran más repeticiones, apagado sin la debida educación el televisor. Después de pasado el transe, todo recayó en Dunga, y el nuevo rostro apuntaba a “Brasil 2014”, no hubo y no habrá más comentario que este.
En silencio se espero el siguiente partido entre Argentina contra Alemania, creo que con eso se cerró la participación y el consuelo para los archienemigos de los argentinos, estos últimos, no les queda también mayor consuelo, de esperar el próximo mundial, que será en territorio carioca.

Crónicas Segovianas, es el espacio personal que comparto en tres esferas, la personal con mis relatos gráficos, la afición por la cultura, escritura e historia de mi país, con artículos en la Revista Musunce, y la profesional ligada a la políticas públicas en Seguridad Alimentaria y Nutricional, tanto en Nicaragua, como el resto de latinoamérica. Todo esto representa lo que soy "Polvo de Barro", una antología de narraciones, poemas, y cuentos cortos, que espero pronto compartir...
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