Los fríos de diciembre se agolpan como mucha mayor dureza en estos días, el olor a naranjas, limones dulces, güineos y todo el sabor de la confitería nica está lista y rebosante en los canastos de las vendedoras en los mercados, por otro extremo cuetes, tititracas y cargas cerradas en los pequeños tramos autorizados por la instancia correspondientes, incitan a reventarse de una vez por todas, en pequeños y grandes negocios se comercializan panas, vasos, tazas y bolsas, para que el marchante empaque “las gorras”. Estoy casi seguro que si nuestra nacionalidad no fuera la nicaragüenses, seguro las primeras líneas de esta crónica no la vincularíamos a la tradición más arraigada de nuestro suelo pinolero.
Cada región de nuestro país tiene un forma distinta de celebrar “La Inmaculada Concepción de María”, es decir “La Purísima”, por ejemplo en toda la faja del pacifico lo común es que los feligreses anden de puerta en puerta cantando lo cánticos a la Virgen María y después se les reparte paquetes de dulces, caña de azúcar y otros misceláneos, en Las Segovias, el proceso es distinto.
Las familias segovianas además de tradicionales y conservadoras, son las que con fervor mariano, desde inicio de año ahorran para este evento que como hemos venido mencionado, es un momento para compartir con los familiares y amigos (as), ya el historiador somoteño Armando Núñez nos da un dato de inicio de celebración de esta tradición en Somoto, en el año 1935 por el matrimonio Dr. Juan Antonio Brenes y Doña Rosalía Gutiérrez, seguramente está tradición la trajeron de León. (Revista Musunce, Diciembre 2007).
Contrario a lo que sucede en el pacifico, en la región norte del país, las familias y amigos llegan a la casa de los anfitriones a celebrar “La Gritería”, el esmero puesto para cada una de los detalles es digno de un reportaje especial, sólo para hacernos la idea, los dulces en muchos de los casos, son hechos pocos días antes, estamos hablando de las cajetas de leche, ayote en miel, gofios, piñonate, suspiros, cajetas de coco, leche burra, pan de rosa, pirulines, puritos, coyolitos, huevos chimbo, rapadura de dulce, entre las frutas de temporada tenemos los guineos, naranjas, limón dulce, caña, entre las bebidas está la chicha, (afortunadamente las bebidas gaseosas no está dentro del menú y espero no lo estén), para empacar todo esto se ha puesto de moda desde hace varios años el uso de material plástico, dejando a un lado las famosas y celebres canastitas de palma hechas en Masaya.
El uso de utensilios plásticos ha desplazado la artesanía de Masaya, por ejemplo ya no se reparten matracas, boleros, el famoso “indio” (que es un especie de aro que se usa en la cabeza, simulando las plumas que usaban los indígenas), las canastitas, entre otras. Podemos señalar que el uso de estos utensilios plásticos ha sido incorporado por una razón práctica, son más durables y relativamente baratos, además de encontrar múltiples diseños, muy prácticos para estas ocasiones. Todos estos artículos se venden tanto en el mercado local y por supuesto del mercado más grande de Centroamérica el Mercado Oriental.
Después de estás útiles adquisiciones, viene el diseño del altar, en el que las familias comparten momentos duros, puesto que siempre se quiere prepárale algo hermoso a la Virgen María, también se debe de buscar a las “rezadoras” para que completen el novenario y a los músicos para que animen los gritos de la purísima. También está el tema de los juegos pirotécnicos, entre ellos los “cuetes”, carga cerrada y una tradición que año con año han hecho en Somoto, es el “Toro encuetado” que es bailado al son de chicheros en la “Purísima de Las Gemelas” (Familia Báez Prendiz), evento esperado por los chigüines somoteños.
En estos días de “Gritería”, cada día me convenzo de que las tradiciones en Nicaragua y en cada rincón del país se mantienen a pesar de las adversidades, la conmemoración religiosa del nacimiento del hijo de Dios, de un vientre virgen es uno de los grandes misterios y a la vez la revelación de la esperanza para la humanidad, no me queda más que gritar: ¡Quién causa tanta alegría! (cuetes y cargas cerradas) ¡La Concepción de María!.